ACANMET - Asociación Canaria de Meteorología


  Las Erupciones Volcánicas

  El tratamiento del color de "El Grito" de E. Munch o los cuadros de W.Turner reflejan los efectos en la atmósfera de las erupciones del Krakatoa o el Tambora

Cuando un volcán entra en erupción emite grandes cantidades de vapor de agua, CO2 y derivados de Nitrógeno. Sin embargo, el CO2 emitido por el Pinatubo, la mayor erupción del siglo XX, no supuso más del 1 % del total de emisiones antropogénicas en el año de la erupción, 1991. Ninguno de estos gases tiene efectos sobre el clima. Es la inyección en la estratosfera de cantidades mucho menores de derivados de azufre (SO2 y H2S) los que si van a alterar el clima a nivel global durante un corto periodo de tiempo, siempre y cuando la erupción sea explosiva y próxima al ecuador. 

Estos derivados de azufre reaccionan con vapor de agua y radicales OH para formar aerosoles de sulfato, con propiedades ópticas de dispersión pura de la radiación solar en el espectro visible y absorción en el infarrojo, tanto de la radiación solar entrante, como de la reemitida por la superficie terrestre.

¿Como actúan?

1.- Una parte de la radiación solar incidente será retrodispersada en el espacio, aumentando el albedo terrestre y disminuyendo, por tanto, la que recibe la tierra, con un efecto de enfriamiento que puede durar varios años (1 a 3). 

2.- Al aumentar la absorción en el infrarrojo, absorberán la energía reemitida por la superficie terrestre, lo que lleva a un calentamiento estratosférico. Este calentamiento es mayor en los trópicos que en las latitudes altas, por lo que aumenta el gradiente de temperatura ecuador-polos, lo que se traduce en la intensificación del vórtice polar estratosférico en el hemisferio Norte en el invierno siguiente a la erupción. Ello tiene su reflejo en superficie, en la oscilación del Ártico y en La Oscilación del Atlántico Norte. En consecuencia, la circulación es muy zonal y transcurre por las latitudes altas, lo que aleja las borrascas y frentes de Península y Canarias. 1983 y 1992, los años siguientes a las erupciones Chinchón (1982) y Pinatubo (1991), las más importantes del siglo XX, se sitúan entre lo más secos en observatorios como el de Los Rodeos en la isla de Tenerife.   

    Fuente: Ice-Core-Based Volcanic Atmospheric Injection and Loading for the Past 1500 Years

Sin embargo, Chinchón y Pinatubo, se quedan pequeñas comparadas con otras anteriores, en especial la de 1258, de origen desconocido, pero registrada en los testigos de hielo. Muy importantes fueron las de Krakatoa (1883) y Tambora (1815). Ésta última dio lugar al conocido año sin verano, de cuyos efectos en la Península Ibérica tenemos este interesante artículo de Trigo et al.

Por último añadir los efectos de las megaerupciones de los supervolcanes, como la de Toba hace 70.000 años, que estuvo a punto de acabar con la humanidad. Pudo producir una bajada de hasta 15º C durante casi un decenio. Afortunadamente, su periodo de retorno es de unos 500.000 años, si bien la gigantesca Caldera de Yelowstone es un firme candidato para este tipo de erupciones, y cumple ciclo.