28.620 rayos en un tren de tormentaSi se observa el radar de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) parece que las tormentas seguían un camino prefijado, como si fueran por una vía. Por eso, los meteorólogos hablan de un tren convectivo de mesoescala, utilizando una imagen que permite vislumbrar el discurrir de los núcleos tormentosos, como si fueran por un raíl. En definitiva, se trata de una sucesión de tormentas que se organiza a una escala mayor que un núcleo individual. Esto precisamente fue lo que pasó en estos dos últimos días, sobre todo, en la madrugada de ayer, y lo que causó 28.620 rayos en la zona de Canarias.
No quiere decir que todas las descargas se produjeran en tierra. Ni siquiera, que todas fueran visibles porque las mediciones de los meteorólogos engloban hasta una distancia de 1.500 kilómetros de Canarias, pero sí fueron contabilizados por los detectores de descargas eléctricas que la Aemet tiene operativas en el Archipiélago.
Desde la agencia se reconoce que ha sido un fenómeno inusual, aunque no se dispone de datos suficientes para asegurar si ha sido el episodio tormentoso más activo de los últimos tiempos. Para los ciudadanos, sin embargo, sí está claro, como lo demuestra la avalancha de comentarios que ha tenido la página web de este periódico,
www.canarias7.es.
El origen de esta situación está en una borrasca cargada de cumulonimbos, es decir, de nubes de varios kilómetros de altura que se forman en situaciones de una gran inestabilidad atmosférica, con aire frío en altura procedente del norte de Europa y aire cálido por debajo que venía desde el sur.
El jefe del grupo de predicción y vigilancia del centro meteorológico territorial de Canarias Oriental de la Agencia Estatal de Meteorología, Jesús Agüera, aseguró que la borrasca «no trajo un frente asociado que barre el Archipiélago, sino que se trató de una línea de tormentas con mucho aparato eléctrico y fuertes rachas de viento, tanto en altura como en superficie».
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La verdad es que no estoy de acuerdo con el último párrafo, para mi claramente teníamos encima el frente, sin cruzarnos rápidamente sino pasando permanentemente por encima dada la configuración de la borrasca, de hecho detrás quedó lo que podríamos llamar descarga fría, pero en fin.