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VUELVEN LAS LLUVIAS LAS PRESAS RECOGEN EL AGUA |
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La vía que recorre este despeñadero fue abierta al tráfico por la mañana, a pesar de que al menos doce puntos de su recorrido permanecían sumergidos en grandes charcos, los cuales se originaron por la corriente del agua. Un inconveniente menor que no impidió a los incondicionales de la naturaleza disfrutar del espectáculo de las presas. Y es que hasta vecinos del municipio de Telde se desplazaron hasta Ayagaures para contemplar la capacidad de un embalse al que le faltaba algo menos de un metro para llegar al aliviadero, según confirmó Luis Navarro, un policía de Aguas y Cauces del Consejo Insular que ayer acudió a la zona para comprobar que el líquido elemento discurría sin problemas, libre de los objetos que suelen tupir los desagües y frenar su paso. "Me gusta venir siempre que puedo a ver correr los barrancos, porque el rumor del agua me vuelve loco", confiesa Enrique Villalba, un ciudadano teldense que suele recorrerse las presas de la Isla por sectores, después de que se produzcan lluvias como la registrada el pasado lunes, que además provocó el reboso del embalse vecino, Gambuesa, y dejó otros como muy cerca de su tope o superado. Fue el caso de Siberio en La Aldea, El Mulato en Mogán, Los Hornos en Tejeda y las de San bartolomé de Tirajana, Gambuesa y Ayagaures. Mientras, la familia Cabrera aprovecha el sosiego del momento para dar de comer a la colonia de patos que puebla una de las orillas de Ayagaures. Son vecinos de Monte León, y decidieron acercarse hasta la presa porque "pensábamos que estaba llena del todo y así nuestro hijo se entretiene con los patos", explican Luis y Rosi, un joven matrimonio que ya ha convertido esta peregrinación en costumbre, "para de esta manera quitarnos un poco de encima el estrés de Playa del Inglés, y gozar de la tranquilidad y el sol que hace", aseguran. Un poco más arriba, por la carretera embarrada que sube a La Gambuesa, bajan en moto Pepe y Pepi -así se identifican-. Ambos residen en El Tablero, y tienen la intención de prolongar la excursión hasta el barranco de Fataga, "para ver cómo está la cosa por allí", comentan. Aunque la sonrisa repentina en la cara del motorista los delata: "¿Cómo está la presa de Las Niñas?", pregunta. Y no descarta aventurarse camino de la cumbre, para comprobar con sus ojos el lleno que ésta presenta, con tan sólo un metro para llegar a su máximo. Sin embargo, los vecinos del pueblo le restan importancia a este frenesí que experimenta la gente cada vez que llueve en abundancia. "Lo que ha caído es una poquita de agua, igual que la otra vez", dice Alfredo Álamo, quien celebra la serenidad con la que se ha precipitado el agua, sin apenas inmutarse por la afluencia de los turistas que vienen de visita. Muchos de ellos en bicicletas, aunque también a pie con las mochilas al hombro y en grupos a lomos de motos todoterreno. Y en la misma línea se expresa Julio Pérez, aunque con más entusiasmo, al confesar que "da gusto mirar a esta ranchera de gente asomarse a las presas para ver el agua", que según él ha caído con menos contundencia que otros años, "sin causar daños", matiza. También hubo quien sacó la caña del baúl de lo recuerdos y soñó con un buen pescado que le alegrara el día. Aunque el sitio en el que se puso, el rebosadero de Gambuesa, pareciera poco oportuno |
Gran Canaria recibe una copiosa y suave lluvia que no destroza infraestructuras |
A. R. L. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA La Isla recibió a lo largo de ayer una copiosa y prolongada lluvia que apenas afectó al normal funcionamiento de infraestructuras y servicios. Las precipitaciones, con algunos episodios tormentosos, tuvieron una especial incidencia en la cara sur en donde se superaron los 90 litros por metro cuadrado en Ayacata. A pesar de la bondad de esta depresión en altura situada en el norte de Canarias y con tendencia a ponerse al oeste, el Gobierno canario mantenía la situación de alerta por si esta noche este fenómeno atmosférico adquiriese un estado tormentoso. La ingente lluvia, con una media de 60 litros por metro cuadrado en un acumulado de doce horas según el Instituto Nacional de Meteorología, provocó que el agua corriera por la mayoría de los barrancos de la cara sur con el consiguiente aumento del volumen de sus presas hasta llegar a desbordarse la de la Gambuesa, con una capacidad de dos millones de metros cuadrados. Las precipitaciones registradas hasta anoche fueron recibidas con satisfacción por parte del sector agrícola dado su carácter general moderado y, por consiguiente, su beneficio para los cultivos. Los únicos efectos negativos fueron el desprendimiento de algunas piedras en tramos de carreteras comarcales como el ocurrido en la GC-500, además de la llegada del agua a playas con la acumulación de lodos y otros desperdicios arrastrados por la riada. Tras los chubascos moderados de ayer, las previsiones para hoy son que se deje paso a una situación poco nubosa y con posible calima. Para el jueves se estima que vuelvan lluvias débiles a moderadas, según el Instituto de Meteorología. |